Abandono emocional en la infancia

“Un niño que sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus demandas le da un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad, y la alimenta a valorar y continuar la relación” (John Bowlby).

 Fue el psicólogo John Bowlby quien en su trabajo en instituciones con niños privados de la figura materna le condujo a formular la Teoría del apego.

 

La base fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño está determinado en gran medida por la accesibilidad y la capacidad de respuesta de su principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo).

Bowlby propuso la hipótesis de que la privación materna no sólo causaba depresión en la infancia, sino también hostilidad e incapacidad para establecer relaciones saludables en la vida adulta.

Los psicólogos nos encontramos con cierta frecuencia a personas adultas con diversos motivos de consulta, que con el transcurso de la terapia lleva a evidenciar que el origen del malestar está en una vivencia de abandono emocional en la infancia.

Cuando se habla de abandono el pensamiento nos puede llevar, por ejemplo, a noticias sobre el hallazgo de un bebé en la calle, o dejado en casa sin atención de un adulto, pero el abandono puede tener también un formato más sutil y silencioso que viven muchos niños en el seno del hogar, como pueda ser una falta de afecto con ausencia de respuesta emocional por parte de las figuras de apego ante las necesidades del niño.

Con el abandono emocional se va creando en el niño una sensación de desprotección que puede mantenerse en la edad adulta, con síntomas que pueden afectar al bienestar psicológico, y en ocasiones, pueden generar enfermedades psicosomáticas. Podemos decir que el abandono emocional es una forma de maltrato psicológico.

Se puede considerar que existe abandono emocional cuando se desprecia, se desvaloriza o se humilla de forma continua al niño; cuando no se muestra interés por los afectos que da niño de forma natural, o no se da el afecto que requiere por su edad; cuando se le compara de forma negativa con otros, cuando no se le da apoyo, cuando se ignoran o incluso se niegan los problemas/abusos escolares, familiares o sociales del niño.

Por otro lado, y aunque parezca paradójico, también hay abandono emocional cuando se ejerce una sobreprotección en el niño, cuando se tolera, cuando se consiente y no se pone límites a la conducta del niño. Un adulto que de niño fue sobreprotegido experimentará sensaciones parecidas al abandono, como pueda ser el miedo, la desconfianza, la falta de desenvoltura y la limitación afectiva. La sobreprotección es una privación de libertad a la experiencia personal.

He de aclarar que para que el niño crezca con un psique sano, debe experimentar ciertas decepciones necesarias para ejercitar la tolerancia a la frustración, para a su vez tener una visión más real de la vida; pero que estas decepciones en las que se pueden incluir momentos específicos con sus figuras de apego no tienen nada que ver con la responsabilidad que tiene el adulto cuidador de proporcionar el vínculo de apego necesario para estructurar un equilibrio y maduración emocional al niño.

Cada niño puede percibir de forma muy distinta el abandono según las circunstancias y momento en el que ocurre, su guión particular de vida y su temperamento de base. Una misma vivencia para distintos individuos puede ser interiorizada de forma diferente, de manera que los acontecimientos que ocurran a lo largo de la vida pueden ejercer de detonantes (que no de causa), de los problemas emocionales.

El sentimiento de abandono emocional es mucho mayor cuando el niño ha sufrido un abuso sexual familiar de adultos, o un abuso social por compañeros de colegio, pues en estas circunstancias el niño espera todo de su madre (o figura de apego), porque el pensamiento del niño es que las madres lo solucionan todo, lo saben todo, son su referencia de protección…Cuando el niño ha sido víctima de lo descrito vive su dolor en silencio, traga su amargura duramente pues su etapa de desarrollo no está preparada para lo amargo.

Los niños con abandono emocional intentan con sus conductas que las madres se den cuenta del abuso que están sufriendo, y cuando llegan a adultos creen que en silencio lo habían contado y la madre no hizo nada por ayudar.

A veces, el niño víctima de abuso le pudo contar a su madre el problema, y la madre terminó siendo consentidora y cómplice al carecer de recursos personales para enfrentarse y solucionar el problema; quizás la solución que dieron fue un pacto de silencio o que el niño procurara no quedase a solas con su verdugo, con la excusa de que con el tiempo todo pasaría...

El niño que sufre abandono emocional suele mostrar diversos trastornos en su conducta que pueden afectar a:

  • Las relaciones en el colegio.

  • El juego con otros niños.

  • El rendimiento académico.

  • Las conductas alimentarias alteradas.

  • Dificultades en la comunicación.

  • Trastornos del sueño.


Por otro lado, algunas de las posibles causas que pueden llevar al abandono emocional en el niño pueden ser:

  • Que el niño no sea deseado.

  • Desequilibrio psicológico y/o enfermedad mental de las figuras de apego.

  • Problemas económicos y adicciones.

  • Desestructuración familiar.

  • Historia de maltrato en los padres.

De forma general, el adulto víctima de abuso en la niñez puede conseguir sacar la figura del abusador de su espacio de dolor, pero le cuesta reestructurar la idea, a veces obsesiva, de que su madre debió protegerle más. Por lo tanto, uno de los trabajos fundamentales en la terapia es la reparación de la figura de apego o reparación del vínculo para restablecer el bienestar y un desarrollo saludable como persona.

 

A modo de conclusión

Existen distintas formas de abandono emocional infantil, que según la intensidad, así como la forma de percibir el menor su entorno y vivencias, y su capacidad de afrontamiento van a afectar al niño en el desarrollo de la personalidad y en su forma de relacionarse en la etapa adulta.

La prevención es el mejor arma para evitar las consecuencias del abandono emocional en el niño. Para esto, es importante que los padres (o figuras de apego) mantengan una relación continua de atención, cuidado y amor en el desarrollo del bebé y el niño para crear fuertes vínculos afectivos; y en los casos en los que se cree una relación mantenida de dificultad de entendimiento con el niño que lleve a situaciones de desesperación, es recomendable que los adultos soliciten la ayuda de un especialista que les ayude a analizar las causas de las conductas disruptivas en la relación de apego con el niño.

La salud y el bienestar emocional del niño es fundamentar para alcanzar una vida plena de relaciones adaptativas y funcionales en la sociedad.

Os dejo una canción cargada de emoción y sensibilidad. Deseo que la disfrutéis.


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Comentarios: 4
  • #1

    Rosa (jueves, 20 abril 2017 22:50)


    Magnífica exposición!
    Vivir la experiencia del abandono es dura! Entenderlo mucho más!!!
    Graciassss

  • #2

    Sajam Vallecillo (domingo, 15 septiembre 2019 21:19)

    sufrí abandono emocional infantil, me decidí por la psicoterapia pero es difícil llevar sola mi proceso.

  • #3

    Alberto (lunes, 23 diciembre 2019 02:45)

    Me crié con una madre con baja auto estima crónica, con fobia social. Y un padre narcisista vividor. Apesar que mis padres tenían recursos económicos (clase media baja) nos abandonaron económicamente y emocionalmente, nos criamos en pobreza con mis hermanos. Mi padre solo gastaba en mujeres y vicios y mi mamá lo mantenía . Mi padre solo pensaba en tres cosas:el,el,el. Y mi madre en tres cosas: el,el,el. Ahora de adulto me he desconectado de mi padre, no quiero saber nada de él,. Y a mi madre siempre la llamo y visito de ves en cuando. Mi misión es no ser igual con mis hijos .

  • #4

    Leticia (domingo, 19 abril 2020 23:53)

    He visto mi reflejo en éste artículo.
    Me crié en la más absoluta pobreza...mi padre era alcohólico y maltratador físico y psicológico.
    Y mi madre y una casi analfabeta qué tenía hijos con el único propósito de retener a los hombres con los qué mantenía una relación...cuando mi padre murió yo tenía 8 años...y a los pocos meses conoció a otro hombre...también alcohólico...con historial parecido al de mi padre y al cumplir yo 10 años ella ya estaba dando a luz una hija de ése hombre...de su primer matrimonio tuvo una hija a la que abandonó...y bueno...ésa fue mi infancia...entre alcoholismo, drogas, hambre y una madre qué nunca se preocupó de sus hijos. Tristemente...lo único que la hacia feliz era ver la tv.
    Yo en mi edad adulta y con muchos sabidos traumas tomé algunas desiciones...no tener hijos y no tener tv.
    Nunca me casé...no creo en el matrimonio...
    Gracias por tan buen artículo.



Quién soy

Mi nombre es Mar Camaño, psicóloga colegiada M-27452 y acreditada como profesional sanitario por la Consejería de Sanidad.


Miembro de la Asociación española para el fomento y desarrollo de la psicoterapia.


Consulta Autorizada por la Consejería de Sanidad y Consumo de la Comunidad de Madrid. Inscrita en el Registro con el nº CS12514


 

Estoy en Boadilla del Monte. Mi deseo es poder ayudarte en tu tratamiento, de forma personal y con trato humano, abierto y flexible.