La respuesta a esta pregunta va a ser distinta en función de nuestra edad y situación personal actual.
Cuando somos niños es fácil proyectarse en el futuro, es como un juego. La mente está abierta, la imaginación es libre, sin filtros, y el potencial creativo está sin contaminar.
Más tarde siendo adultos, si nos planteamos la pregunta ¿cómo me imagino en el futuro? nuestra proyección puede verse interferida por estar inmersos en la dinámica de la vida actual, pero nuestro potencial creativo sigue estando ahí. Algo que nos puede ayudar es marcar un plazo a futuro, como cinco o diez años.
Viajar al futuro con la imaginación puede ayudar a darnos cuenta de que hay cosas que en la actualidad podemos cambiar.
Ver cómo hemos madurado, qué emociones sentimos, qué logros hemos conseguido, quién sí o quién no nos acompaña en el camino de la vida, cómo son nuestras relaciones con los demás, o cómo está el planeta en general y nuestro alrededor en particular pueden ser temas a analizar en nuestro presente.
La visualización de nuestro futuro nos permite ver las cosas en las que debemos empezar a trabajar o cambiar desde ahora, pues el futuro va a ser en gran medida lo que construyamos y deseemos hacer con nuestra vida.
Imaginarnos en el futuro es hacer un diseño de nuestro "guión de vida" que nos ayudará a tomar las acciones y decisiones necesarias para alcanzarlo, siendo de esta manera los responsables de nuestro ser y estar en el futuro.
Quizás necesites un tiempo; tómalo y piensa que tu mente tiene la capacidad y el poder de imaginar. Este es el paso previo para crear y construir tu futuro. Ya lo dijo Stephen R. Covey en su libro Los siete hábitos de la gente altamente efectiva dice: "Todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental, y luego una creación física”.
Te propongo una actividad muy interesante :
"La carta desde el futuro". Se trata de hacer un pequeño relato en el que tu yo del futuro escribe una carta a tu yo actual donde le cuenta cómo se encuentra en lo físico y en lo emocional, qué retos ha tenido que superar para ser quién es, qué cosas ha hecho de las que se siente orgulloso, qué pensamientos y creencias ha cambiado en este tiempo, cómo te ve en la actualidad... y así todo lo que tu imaginación alcance.
Este ejercicio terapéutico puede ser un facilitador de cambios al descubrir a una persona muy diferente de nosotros en el futuro.
¿Has imaginado ya como serás en el futuro?
¿Este futuro te permite ver la persona que deseas ser?
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